La formación y la experiencia profesional son dos aspectos muy valorados en las empresas, pero no son los únicos ni tampoco los más importantes.
De hecho, hoy en día las empresas cada vez se centran más, también, en los valores personales.
Es muy importante que tu equipo esté formado por buenas personas. Esto es básico para el buen funcionamiento de tu empresa. Es esencial que las personas que estén en tu empresa tengan una buena actitud, cualidad que engloba muchos aspectos: el respeto hacia los demás, la puntualidad, asumir responsabilidades, cumplir con lo prometido, reconocer los errores y aprender de ellos, valorar los aciertos del resto, tener una buena relación con los compañeros…
Tener una visión optimista de la vida influye en lo que cualquier persona hace, ayudándola a afrontar todos los retos que se le presenten. Este nivel alto de actitud y de optimismo ayuda disfrutar de las oportunidades que nos da la vida. Y es que hay personas que, sin saberlo, se centran siempre en lo malo, sin darse cuenta de que el tiempo que pasan lamentándose es algo con lo que se autosabotean.
Una de las características que más valoran las empresas hoy en día es la inteligencia emocional, cualidad que no es nada fácil de conseguir. Se trata de la capacidad de gestionar bien las propias emociones (entenderlas, seleccionarlas, trabajarlas…) y las de los demás. El control de las emociones, ayuda también a mejorar otras cualidades importantes, como la motivación, la empatía o la capacidad de liderazgo.
El mundo cambia constantemente y eso nos obliga a estar en constante adaptación e innovación. Por este motivo, las empresas buscan empleados que se adapten a nuevas o complejas situaciones sin dificultad. Personas receptivas, con ganas de formarse y no dejar de aprender. Un buen empleado no puede quedar estancado en la manera de hacer las cosas de hace 20 años.
Es fundamental, para cualquier empresa, tener trabajadores responsables y organizados con un buen rendimiento laboral. Es fundamental que el equipo esté focalizado en conseguir los objetivos y metas que se marca la empresa.
Además, es muy importante el hecho de tener iniciativa, proponer nuevas acciones o estrategias y asumir nuevas responsabilidades.
En la actualidad, el saber trabajar en equipo es uno de los valores más importantes que debe tener un trabajador. Para muchas empresas, el hecho de sumar las habilidades y competencias de los distintos profesionales que conforman su equipo es lo que marca la diferencia.
Por este motivo es crucial que un buen empleado sea una persona empática, comunicativa, colaboradora, entusiasta, que sepa escuchar y aceptar críticas constructivas y también que sea responsable y tenga compromiso.
En definitiva, el buen empleado no es el que más trabaja, sino el que mejor lo hace.
¡Cuéntame en los comentarios que te ha parecido este artículo y si añadirías alguna característica más a tener en cuenta con tus empleados!
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