Para que un negocio funcione es necesaria la pasión
¡Hola Empresario! Dicen que la fe mueve montañas. Es así.
Aplicado al negocio requiere creer absolutamente en aquello que haces a nivel empresarial.
La pasión con la que tú trabajas el día a día la transmites a los miembros de tu equipo. Los contagia y los motiva para trabajar con tu mismo entusiasmo.
¿Y esto cómo se consigue?
Con la acción. Actuando. Dando ejemplo. Trabajar como el que más con un sentido de la disciplina y responsabilidad.
El trabajador, como vulgarmente se le conoce, cuando la realidad es que todos somos trabajadores, seguirá siempre a su líder cuando lo ve comprometido en su proyecto. Es consciente que egoístamente a él también le interesa que la empresa vaya bien. Así el cobrará a final de mes y podrá colaborar en su economía familiar a que los suyos vivan confortablemente.
El capital humano requiere de pasión. Recordemos que somos personas y las emociones nos condicionan. O sea que el negocio requiere de pasión.
Si te gusta lo que haces y te sientes identificado, no te va a comportar ningún esfuerzo levantarte cada día a la hora que haga falta. O ir cada lunes al trabajo. O volver de unas vacaciones para iniciar tu rutina empresarial. Este gusanillo que corre por dentro y te llama a continuar luchando, creciendo y defendiendo tu negocio en un mercado tan cambiante como el actual.
Si no sientes esta sensación en tu estómago y al contrario, te sientes mal cuando piensas en tu empresa, es una clara señal de que tienes que parar, reflexionar y dar un cambio de timón a tu negocio para hacértelo atractivo otra vez.
Si no te ves capaz de hacerlo sólo, pídeme ayuda. Estaré encantado de hacerlo. Es una gran satisfacción para mi tanto a nivel personal como profesional ayudar a los empresarios que son conscientes que tienen un problema. Siempre digo que cuatro ojos ven más que dos y con la experiencia acumulada de ambos seguro que somos capaces de adaptar la hoja de ruta de tu empresa a aquellos objetivos que te motiven.
Como decía Johann W. Goethe, la alegría y el amor son dos alas para las grandes acciones.
Y como decía Gonzalo Torrente Ballester, las cosas sólo dejan de existir cuando se deja de creer en ellas. O sea que si crees en tu negocio, este continuará existiendo.
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